Crear una marca no es solo hacer productos. Es escuchar, fallar, levantarse, volver a probar… y tener la piel dura y la cabeza llena de ideas. Es pelear cada día por algo en lo que crees, aunque te digan que estás loco.
Beardburys no nació con fórmulas mágicas, nació con actitud. Con la de Juanjo, con la de los primeros barberos que apostaron por nosotros, y con la de todos los que hoy seguís levantando la persiana con ganas de hacerlo mejor.
Y si tú también crees en eso. En hacerlo distinto, en romper las reglas… bienvenido al equipo. Esto acaba de empezar.
Comentarios (0)