La llamada caída de pelo estacional en otoño tiene base científica. Durante el verano, la mayor exposición solar prolonga la fase de crecimiento (anágena) del cabello. Pero cuando los días se acortan y bajan las temperaturas, muchos folículos pasan a fase telógena (de reposo), provocando que el cabello caiga para dejar paso a uno nuevo.
Este fenómeno es más común en hombres debido a factores hormonales, genética y estilo de vida. En términos médicos, no se trata de alopecia, sino de un proceso cíclico natural que afecta a entre el 20% y 30% de la población masculina cada otoño.
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