Para que tu barbería funcione tanto en estética como en operatividad, divide el diseño por áreas:
La entrada debe contar quién eres. No hace falta mucho: un mostrador con estilo, una pared chula detrás y buena luz.
Lo básico: orden, comodidad y luz impecable. Deja espacio suficiente para moverte y coloca todo a mano.
Que sea cómodo, limpio y con detalle. Un cojín, una planta, una lámpara… No hace falta mucho para que el cliente sienta que cuidas cada rincón.
Oculto pero accesible. Productos, herramientas, toallas… todo debe tener su sitio.
Tu barbería debe hablar el mismo idioma en todos sus rincones. No mezcles estilos porque puede parecer improvisado.
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