La limpieza visual no es suficiente. Con el uso diario, las máquinas acumulan pelos, grasa, sudor y residuos de productos capilares que, si no se eliminan correctamente, pueden provocar desde irritaciones hasta contagios entre clientes. No basta con pasar un cepillo: hay que desinfectar máquinas de barbería de forma constante y profesional.
No hacerlo puede generar:
- Infecciones por bacterias, hongos o virus.
- Mal olor o moho en las piezas internas.
- Desgaste prematuro del motor y cuchillas.
- Desconfianza del cliente (nadie quiere volver a una barbería sucia).
Para evitarlo, sigue siempre las normas básicas de higiene profesional:
- Limpieza rápida tras cada cliente.
- Desinfección profunda al final del día.
- Uso de productos profesionales diseñados para barberos.
Saber cómo desinfectar las máquinas de barbería no solo protege tu reputación, sino también la salud de quienes confían en ti.
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